La influencia del gel FTO en el peso corporal

El sobrepeso y la obesidad se producen debido al aumento del tamaño y de la cantidad de las células grasas en el organismo. La obesidad es una afección grave que puede producir complicaciones; entre otras, síndrome metabólico, presión arterial alta, ateroesclerosis, enfermedad del corazón, diabetes, niveles elevados de colesterol en sangre, distintos tipos de cáncer y trastornos del sueño.

El depósito excesivo de grasa en la obesidad tiene una etiología multifactorial, pero se considera ampliamente el resultado del desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. Los circuitos del sistema nervioso central, la renovación de combustible y el metabolismo, así como la homeostasis del tejido adiposo, son importantes para comprender el aumento de peso excesivo y las comorbilidades asociadas.

Los antecedentes familiares, los hábitos alimentarios, las preferencias culturales, las reacciones adversas a los alimentos, la nutrición perinatal, las enfermedades pasadas o actuales y los patrones de actividad física son aspectos relevantes a considerar por el profesional de la salud al momento de tratar al individuo con obesidad. Resulta fundamental comprender los factores epigenéticos y genéticos, así como las vías metabólicas que podrían desempeñar un papel muy relevante en la lucha contra la obesidad dentro de un enfoque de precisión.

Para detectar y diagnosticar el sobrepeso y la obesidad, los profesionales en salud suelen medir el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura. El IMC es un indicador de su grasa corporal, que se calcula en función de su altura y peso. Se puede utilizar como prueba de detección en lugar de como prueba de diagnóstico, ya que hay varios factores como la edad, el sexo, la enfermedad, la genética y el estilo de vida, afectan las mediciones del IMC y, por lo tanto, se deben aplicar estándares normativos para grupos e individuos específicos.

Existen ciertos factores no genéticos que pueden predisponer a un IMC más alto, como tener edad avanzada, el sexo, etnia y calidad de la dieta.

Por otro lado, el gen de la masa grasa y obesidad (FTO) o “the fat gene” está asociado con la síntesis de la enzima FTO, también conocida como dioxigenasa dependiente de alfa cetoglutarato. Se ha demostrado que la expresión del gen FTO se regula al alza en el hipotálamo del cerebro después de la privación de alimentos, lo que se asocia con un mayor consumo de alimentos ricos en calorías.

El marcador rs9939609 del gen FTO está relacionado con un aumento en los niveles totales de grasa corporal. Según un estudio realizado, se ha demostrado que la presencia del alelo AA en este marcador contribuye a la obesidad y al aumento del IMC, independientemente de cómo sea la distribución del tejido adiposo.

Los factores que influyen en el IMC de un individuo, como la sensibilidad a la insulina y los niveles de colesterol en plasma, también están asociados con el marcador rs9939609.

Existen estudios que encontraron asociación entre este gen y marcador con la tendencia a comer en exceso, y la ingesta de carbohidratos, fibra, grasas saturadas o proteínas y la tendencia al aumento de peso, y la aparición de diabetes tipo 2.

Además, presentar para el marcador rs9939609 la variante AA refleja una asociación con la ganancia de peso desde edades tempranas y una menor saciedad, generando mayor deseo de comer más entre comidas.

Si bien es el gen más importante asociado a la ganancia de peso genéticamente determinada, es importante recordar que esta no es la única variable que afecta esta situación y tiene múltiples componentes de los cuales el genético es solo uno.

La relación entre el gen FTO y la obesidad no es directa. Tener un gen FTO "defectuoso" no engorda, simplemente predispone a un individuo a consumir alimentos ricos en calorías. Estas personas pueden tener un aumento de los antojos de azúcar, lo que a su vez podría conducir a un aumento de peso, obesidad, etc.

Por otro lado, hay evidencia que relaciona el peso corporal y el tipo de bacterias que predomine en nuestro microbioma, puntualmente, la relación entre Bacteroidetes y Firmicutes. Varios estudios confirman que cuanto más Bacteroidetes uno tenga, más delgado estará. Esto se debe a que estas bacterias regulan la cantidad de grasa que absorbemos. Esta variación en el tipo de bacteria predominante se debe a factores ambientales, tales como una alimentación poco saludable, la exposición a contaminantes ambientales, el estrés y una mala calidad de sueño.

Siempre es recomendable realizar periódicamente ejercicio físico y mantener una alimentación adecuada y baja en grasas para controlar el aumento de IMC que podría estar asociada a este marcador genético.

En el reporte de “Alimentación” de Salud y nutrición y en "Microbioma y prevención" de la sección prevención de Rewell podrás encontrar qué dice tu genética con respecto a tu saciedad entre comidas junto con el riesgo a desarrollar enfermedades metabólicas según la composición de tu microbioma intestinal y así abordar un manejo acorde en el plan de coaching de hábitos y nutrición.

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